Darte cuenta de que existe un foco negativo entre tu personal te coloca en una posición difícil. La buena noticia es que no todo está perdido. Aquí tres pasos a seguir para resolver este tipo de situaciones.
- Inicia una conversación
Podrás entender mejor qué está causando esta actitud. Quizá descubras que este empleado atraviesa por un problema personal que afecta su trabajo. O bien, puede ser que haya un problema dentro de tu organización y que lo que estás percibiendo como una actitud negativa se convierta en retroalimentación útil. También existe la posibilidad que haya algo que debas mejorar y que desconozcas o que tu compañía esté creciendo y los colaboradores no estén de acuerdo con los cambios que se han hecho.
- Trabajen de la mano
El objetivo es solucionar el problema de manera conjunta. Algunas acciones necesarias en esta etapa son:
- Identifica si existen diferencias de opinión sobre la estrategia o cultura laboral de la empresa que no se pueden solucionar. No hay nada peor que alguien que trabaja en contra de la compañía y sus planes.
- Puede ser que la persona requiera apoyo adicional si es así, un compañero de otra área podría ayudarlo con algunas tareas y disminuir la carga de trabajo.
- Toma acción para reconstruir la confianza y el diálogo entre ambas partes (jefe y empleado). Con suerte no volverás a tener el mismo problema con esta persona, aunque es importante que sienta la confianza de hablar contigo (o con su jefe inmediato) si tiene alguna inquietud o comentario.
- Ponte en acción
Determina exactamente cuánto tiempo estás dispuesto a dedicar a la situación que enfrentas. Fija una fecha como límite y asegúrate de que todo esté solucionado para entonces. Si la otra parte no está convencida de la visión general de la organización, no dará el 100% en su desempeño diario, ni tampoco cooperará en este proceso de solución conjunta.